RESPETO AL TRABAJO Y DERECHOS DE LOS TRABAJADORES: VLR


Participa el morelense en foro mundial celebrado en China/ La economía de mercados como esquema hegemónico propone/ Vinicio Limón Rivera expone ante la comunidad electricista internacional situación del gremio/ Reconoce el dirigente cetemista el papel del sindicalismo chino/ además Vinicio Limón pronostica el papel de los sindicatos asiáticos en los próximos años.

 

Carlos O. Morales
 
 

 

Beijing, China.- El esquema hegemónico en el mundo en estos momentos es la economía de mercado, con todos sus excesos, riesgos, arrebatos y crisis periódicas, aseguró el cetemista, Vinicio Limón Rivera, delegado de la CTM México al Foro Internacional Electricista convocado por los sindicalistas de la Republica Popular de China.
 

Durante su intervención en este importante evento, el sindicalista mexicano y líder de la CTM Morelos, tras de hacer  patente el saludo de Víctor Fuentes del Villar, líder mayor de los trabajadores electricistas mexicanos; y el de Joaquín Gamboa Pascoe, Secretario General de la Confederación de Trabajadores de México, hoy por hoy, la más importante  central obrera de nuestro país. Dijo que  la Federación de todos los sindicatos de la República Popular China, tiene una  extraordinaria iniciativa nacional del sindicalismo chino que, sin dudas, los coloca a la vanguardia del movimiento obrero internacional.

Textual y con su característico lenguaje que lo ha convertido en el mejor dirigente obrero, señalo; No incurro en lugares comunes, ni en la repetición de frases protocolarias que suenen dulces al oído de los organizadores de este foro.
 

Más allá de trivialidades, sin exclusivismos ni injerencismos insoportables, hoy venimos a reconocer el papel que los trabajadores chinos ocupan en el mundo; el que ocuparán en las próximas dos décadas; y sobre todo, el papel que  sus hermanos de clase del otro lado del Pacífico, esperamos jueguen en el concierto de la solidaridad internacional del proletariado.

 

Sin lugar a dudas, abundó,  el capitalismo es uno y sólo uno en el mundo. No estamos negando que todavía existan economías centralmente planificadas como alternativa a los excesos del mercado; solamente estamos diciendo que, más allá de experiencias nacionales como las de China, Cuba o Corea del Norte, el esquema hegemónico en el mundo es la economía de mercado, con todos sus excesos, riesgos, arrebatos y crisis periódicas.
 

Y agregó que, precisamente, porque tales riesgos existen; porque los ciclos críticos del último lustro todavía no se superan y amenazan con agravarse en la crisis europea; “hoy venimos a aportar nuestro contingente en la construcción de una iniciativa que permita, en los hechos, proteger y desarrollar el trabajo decente en el mundo; abriendo un nuevo ciclo de esperanza para la civilización del trabajo que está amenazada de muerte”.

 

No podemos aceptar que el mundo sea un gran casino, aseveró Vinicio Limón,  en donde los capitales mundiales tengan mayores facultades que los aislados gobiernos nacionales.
 

 No es posible que nuestro multilateralismo no haya acertado a constituir un esquema alternativo a la volatilidad de los capitales y al gobierno mercantil de los grandes capitales mundiales, con sus corporaciones que no responden al interés de ningún país en específico.

Ante una gran asistencia de dirigentes sindicalistas del gremio electricista, Limón Rivera añadió, que no pueden los sindicatos, con nuestras confederaciones nacionales e internacionales, quedarnos cruzados de brazos, mientras se trafica con y se explota a niños y jóvenes con salarios de hambre, ajenos a la seguridad social, en condiciones insalubres y de riesgo;  y sin ningún esquema de protección en la tercera edad.
 

Por ello hoy mas que nunca, dijo que se necesita construir un plan de defensa mundial de los trabajos de nuestra gente; y de protección a los derechos ganados a través de luchas ingentes que han costado mucho sacrificio, dolor y, como en la experiencia mexicana, muchas vidas, para lograr su concreción.

 

¿De qué sirve tener una legislación laboral como la mexicana, producto de la primera revolución social del siglo XX, cuando en su contra se enderezan a los 14 millones de trabajadores que sobreviven en la informalidad? Cuestionó además ¿Cómo?   Uniéndonos con los trabajadores de las economías emergentes del mundo, porque solo así podremos defender una legislación a la que se responsabiliza de ser la causante de que dos terceras partes de los trabajadores “formalizados”  de México no cuenten con acceso pleno a la seguridad social y sus previsiones para el retiro.

 

Necesitamos evitar, advirtió,  y desterrar el “dumping social” en que están incurriendo las grandes corporaciones que gobiernan vida y economía planetaria.  Necesitamos urgentemente evitar  que los dueños de este mundo, que no son países en particular, sino fuerzas de mercado, abusen de nuestra necesidad de empleos, cuando nos abordan por separado.
 

 

Es urgente, dijo, que constituyamos un movimiento alternativo para que no sea nuestra pobreza la causa principal de nuestra derrota. Y para que no aceptemos empleos que sólo mal dan para “un plato de frijoles” como decimos en México; o para  un plato de arroz, como se dice en Oriente.

 

Más allá de nuestras carencias, de nuestras debilidades y de las deudas sociales históricas que existen con nuestros pueblos, hoy debemos encontrar la manera para constituir, junto con nuestros gobiernos, las bases de un nuevo estatuto mundial para los capitales itinerantes.

 

Una legislación especial, insistió, de cobertura mundial que nos permita, en la coyuntura, afrontar homogéneamente el embate del capitalismo depredador. “Debemos pensar flexiblemente en el tiempo y en el espacio. Debe haber una forma para detonar procesos productivos en distintas regiones del mundo que no signifiquen chantaje para la civilidad laboral”. Debe haber, reiteró,  condiciones temporales sujetas a tiempos de maduración y a abundancia relativa de factores. Debe haber concurrencia de objetivos nacionales con las condiciones especiales de competencia mundial.

Finalmente comentó que las necesidades están ahí. Las urgencias las conocemos: necesitamos gobernar a las fuerzas del mercado. Y necesitamos hacerlo en un mundo multipolar en donde algunos países se han dado el lujo de sabotear a los pocos organismos multilaterales que, como humanidad, hemos logrado impulsar para la sana y, deseablemente, pacífica convivencia entre los pueblos.

 

Ninguno de los aquí presentes sabemos con exactitud cuál es la solución. Pero sí sabemos que haciendo de todos los yo obreros, un nosotros proletario, avanzaremos en la ruta correcta. Sabemos, además, que los países emergentes y nuestros movimientos obreros tenemos un lugar y un compromiso especial que desempeñar en el concierto de las naciones.

 

El mundo está definiendo su nueva traza. No esperemos que, de fuera, nos venga la solución a nuestros problemas. Tenemos que unirnos, más que nunca; y en pos de elevadas aspiraciones y de metas concretas. Los sindicalistas mexicanos, que todos los días tenemos que lidiar con las presiones del país más poderoso del mundo, estamos acostumbrados a los riesgos.

 

Sin duda, la construcción de una nueva red de relaciones fraternales entre las directivas de nuestros movimientos sindicales, estarà abierta a rendir sus mejores frutos. En ello invertimos nuestro trabajo y nuestras esperanzas. Salud, compañeros, concluyó.

 

 

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