El recuento de los daños en el PRI-Morelos
El
PRI vive sus peores momentos con Jorge Schiaffino Isunza/ La reconciliación un
embuste/ derroche de recursos para sus seis colaboradores/ EL PRI-Morelos
fracturado por el engaño del gnomo tricolor.
Carlos
O. Morales
Al
interior del Partido Revolucionario Institucional en Morelos se vive la más
grave fractura desde noviembre pasado, justo a la llegada del capitalino Jorge
Schiaffino Isunza, cuando por la salida y expulsión de Manuel Martínez Garrigós,
este sujeto llegó a la dirigencia del tricolor para iniciar una serie de
argucias y engaños entre los militantes del partido en los 33 municipios.
Su
discurso callejero y mediocre inició con una falacia llamada “la reconciliación
del priismo en Morelos”, argumento
desgastado que le ha permitido viajar por lo largo y ancho del estado llevando
una tarea –según sus boletines- de adoctrinamiento y re afiliación para lograr
la unidad perdida durante la presencia de Martínez Garrigós en el CDE, a quien
le achacan la desaparición de más de 40 vehículos y el desvío de recursos por
varios millones de pesos.
Nada
más alejado de la realidad, y razón por la cual Manuel Martínez ha interpuesto
ya una demanda en contra de Jorge “el gnomo” Schiaffino ante la Procuraduría
General de Justicia, lo cual pone en entredicho al Comité Ejecutivo Nacional
del PRI en el sentido de que se había enviado al cuestionado presidentito para
poner orden al interior del CDE del PRI.
Ahora
bien, tanta es la duda de que Schiaffino Isunza se esté conduciendo con transparencia,
que se solicitará en breve se investigue a fondo y se realice una auditoría al
actual responsable de las finanzas del PRI-Morelos, Leonel Hernández G, pero a través
de un órgano externo y no por la contraloría
del mismo CDE del PRI, pues no habría transparencia real.
El
actual delegado especial del CEN del PRI en funciones de encargado de la
presidencia del partido, provoco la división más grave de este instituto político
al generar un enfrentamiento con la gente incondicional de Manuel Martínez,
misma que no acudirá a las urnas a favor del PRI en las elecciones de julio del
2015, eso es ya una división y desbandada que no puede solucionar, como tampoco
puede solucionar que uno de los ejes principales del PRI, el sector obrero concretamente acuda a votar
a favor de los candidatos del tricolor, pues es la clase más lastimada en sus
ingresos y su explotación laboral se
arrastra desde hace varias décadas, y nadie en lo absoluto puede garantizar que
quienes generan el Producto Interno Bruto de este país voten por el PRI.
Otra
división o fractura se genera al interior del sector popular, la otrora
poderosa CNOP, único sector que tiene un padrón de militantes confiable y
actualizado, se encuentra desde junio del 2012 desligada del CDE del PRI por la
negativa de darles las candidaturas a que tenían derecho como cuota
corporativa, al igual que la CTM, quienes a través de un manifiesto se
desligaron del PRI y de Garrigós.
La
superchería de Jorge “el gnomo” Schiaffino va más allá, pues mientras sus tres
secretarias, su secretario Labra, y su chofer ganan miles y miles de pesos al
mes, algunos trabajadores de toda la vida, los que hacen talacha no reciben un
peso más que lo esencial para sobrevivir,
y a ellos debemos incluir a Jorge
Schiaffino Junior, quien bien protegido sigue cobrando en el CDE luego de
hacerlo durante mucho tiempo, incluso bien pagado por Manuel Martínez Garrigós
a través de Diego Gómez al que incluso el que escribe y el junior le recordaban
el diez de mayo por no pagar a tiempo.
En
suma, la reconciliación priísta es una mentira, hay división entre los comités
municipales, hay rechazo al eterno liderazgo de Maricela Sánchez, un mito que
empieza a derrumbarse, la figura de Guillermo del Valle es motivo de fricciones
entre la militancia, la CNOP y la CTM, no existen, tanto Schiaffino como
Armando Ramírez los han ignorado, solo se han concretado a poner
incondicionales en los comités municipales para tener un Consejo Político
Estatal incondicional para imponer a un
dirigente a modo.
Sin
embargo, como un moderno Zapata, el ex
diputado local y aspirante a la dirigencia estatal del PRI, Ricardo Dorantes Sanmartín
cabalga por todo el estado en busca de miles de priistas que quieren un cambio
radical, un cambio que permita acabar con las corruptelas y abusos como los que
hoy hace Jorge “el gnomo” Schiaffino, para debilitar al partido en lugar de
unificarlo y fortalecerlo para el proceso electoral del año entrante.
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