Carlos Arturo Quiroz y el recuento de un proyecto social



Doce meses de trabajo arduo de un equipo que cree en su guía/ Un liderazgo que se conoce ya en las colonias, barrios y pueblos de Cuernavaca/ Un proyecto de beneficio colectivo que difícilmente aplican los gobiernos municipales/ La satisfacción personal por los logros alcanzados.

Carlos O. Morales




Para el empresario Carlos Arturo Quiroz Mujica no hay hora ni día de descanso, su proyecto de llevar recreación y atención a la problemática social que se vive en todas las colonias y barrios de Cuernavaca, es desde hace un año, su prioridad junto a su compañera y esposa Patricia y el sacrificio ha sido positivo para ambos.

Cada colonia es diferente afirma Carlos Arturo,  y solo se distinguen por carecer de los mismos servicios como la falta de capacidad para enfrentar enfermedades y cubrir al mismo tiempo las condiciones adversas en la mayoría de viviendas.

Asimismo, advierte que la situación económica de la mayoría de la gente es difícil en estos momentos en que la inseguridad permea y afecta a las zonas urbanas y populares, sin embargo, apunta, sumando esfuerzos se pueden conseguir grandes soluciones.
Por ello dijo, llevar espectáculos como lucha libre, sorteos gratuitos de aparatos electrónicos y entregar medicamentos o bien algún aparato para superar enfermedades como fracturas, diabetes o enfermedades diferentes, es algo que llena de orgullo y satisfacción poder hacerlo.



Y es que entrar a los patios de la estación por ejemplo, es sumergirse en un submundo donde es difícil sobrevivir, y sin embargo, son gente noble, trabajadora, pero solo se puede confirmar con la certeza plena al visitarlos en sus mismos barrios o sus calles, hay calidez en la gente que nos recibe y que nos hace las peticiones muy diversas, a las cuales tratamos de darle solución a todas aunque en algunos casos nos tardemos un poco en ello, señala, Carlos Arturo Quiroz.

Colonias como Satélite o Flores Magón o bien Las Granjas tienen un nivel socioeconómico muy diferente a La Lagunilla o Chamilpa, y en todos los casos hemos sido bien recibidos, y es que la Lucha Libre une, convoca a la gente la cual se desfoga y des estresa en una o dos horas de un espectáculo sano, la gente ríe, se olvida de sus problemas y confía en uno como ser humano, eso es satisfactorio y no se paga con nada, solo tratando de llevarles soluciones a sus problemática que les aqueja, advierte mientras esa satisfacción se vislumbra en su rostro detrás de esas gafas que ya lo distinguen en cuanta colonia visita.



Durante los doce meses que están por concluir   el trabajo fue   duro, algunas veces pesado, ya que mover un ring requiere de muchas manos, la rudeza no solo es exclusiva del cuadrilátero, sino de todo ese equipo que cree, que confía en su máxima figura, el promotor, el empresario, el que desde hace más de un año sueña con trabajar para el beneficio colectivo, para la gente, o como dice Carlos Arturo; “trabajo sin distinción alguna, para mi gente” y es que Cuernavaca es su prioridad, de ahí su frase de “yo amo Cuerna”, y vaya que si la ama, sus hechos, así lo demuestran.

Ya casi para cerrar el año, la penúltima lucha celebrada en la plaza de armas fue un espectáculo que generó expectativa y con ello la presencia de más de tres mil personas entre hombres, mujeres y niños,  fue un domingo familiar como pocos, donde no hubo partidos, ni gobierno municipal menos estatal, pero hubo derroche de esfuerzos, de ganas de divertirse, para ello  desde temprana hora, se realizó una carrera familiar con mascotas y el corazón de amar a nuestra ciudad.



Una multitudinaria clase de zumba que puso a bailar a muchas mujeres, ahí donde cotidianamente se realizan las manifestaciones y concentraciones de partidos políticos, este fin de semana pasado no fue así, desde temprano la Plaza de Armas se animó mágicamente, la plancha de concreto se vio abarrotada por esas más de tres mil almas que llegaron por todos los accesos al solar del antiguo Palacio de Gobierno, hoy Casa Morelos.
El Costeño (el doble del famoso comediante) hizo reír  a la gente, su show algunas veces con doble sentido fue coreado y sirvió de preámbulo para la rifa de varios minicomponentes que obviamente fueron una sorpresa muy agradable para quienes regresaron a su casa con un nuevo aparato musical.



La lucha libre es un deporte que embruja, fascina, es desde siempre el desahogo de miles de hombres y mujeres de todas las edades, es algo que se todos los días del año, y nadie se queda exento de escaparse de la magia de los luchadores, los rudos y los técnicos, aquí todo mundo queda atrapado, hasta los centinelas o guardias de la Casa  Morelos, los  que cumplen su guardia y cuidan el mausoleo improvisado en sus grandes puertas metálicas.

Hoy ha sido diferente el paseo dominical de las familias  morelenses, todos fueron al encuentro de algo grande, soñado por un empresario y luchador social, Carlos Arturo Quiroz Mujica,  y es que las luchas forman parte de él, el trae el espectáculo para todos, pero él lo toca, él lo vive y lo siente, agradecido con la vida sus acciones las siguen llevando para todos con alegría y esparcimiento, y porque no decirlo, incluso con amor.



Sabe lo que hace y lo que quiere, a lo largo de 345 días, siempre con su compañera de vida, Patricia Avilés , da lo mejor en cada evento, no hay  colonia populosa que no lo haya recibido con  la alegría y la convivencia familiar, La Lagunilla, Flores Magón, Los Patios de la estación, Satélite, Las Granjas, Acapantzingo, Alta Vista y obviamente La Plaza de Armas donde se concentró   este 2014 a miles de morelenses con una jornada que fue desde una carrera hasta la lucha libre donde brilló el legendario 4.40 Casas, el famoso Negro de la dinastía de gladiadores del encordado, la familia de la leyenda de Pepe el Tropicasas y la presentación de un nuevo luchador más de la familia Valaguez.



Falta un evento más para cerrar este 2014, y todo el equipo de trabajo sigue aportando su granito de arena, de su esfuerzo por hacer del proyecto de Carlos Arturo Quiroz Mujica, desde las  hermosas edecanes, Liz, Pao y Yaz, hasta el vendedor de luchadores y máscaras que sigue a todas partes a ese grupo de luchadores morelenses, hasta los que colocan sillas y lonas, los que venden las patitas de pollo y los tacos dorados, sin olvidarnos de la voz aguardentosa del que grita…..”Cuernavacaaaaaaaa……..mi ciudad. La de todos, porque Cuernavaca somos todos…..





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