Cuando el poder y la soberbia empiezan a gobernar

Primer acto publico de Morales Barud/ Dispone del tiempo de los demás a su libre albedrío/ Imbéciles defienden sus actos de soberbia/ Larga y tediosa espera para la presentación de su equipo de trabajo/ Ingenuo e inocente luce en su primera aparición desde la toma de protesta.
Carlos O. Morales … son las 9.30 de la mañana del ultimo día de diciembre del 2012, hoy en unos minutos mas, el nuevo alcalde de Cuernavaca, Jorge Morales Barud presentará a su equipo de trabajo, le acompañaran los regidores y los principales colaboradores que estarán a su lado los próximos 36 meses. La cita es en el Hotel MIL 300 de la avenida San Diego, en una de las mesas que dan justo al ventanal con miras a la alberca y los jardines, esta el que horas después será presentado como el director de Comunicación Social del Ayuntamiento de Cuernavaca, el viejo y conocido periodista, Luís Enrique Rodríguez, a quien en el medio periodístico se le conoce desde hace décadas como “Capulina”. Luce impecable, de traje reluciente, su tez morena contrasta con los que le rodean en esa mesa donde el desayuno es suculento, como debe ser para un funcionario de su nivel.
Mientras tanto, los comunicadores, reporteros, camarógrafos y periodistas independientes, entre ellos el que escribe, empiezan a ocupar mesas, sillones y otros espacios en el verdoso jardín, de lado izquierdo la alberca luce limpia, es hermosa la mañana, y poco a poco llegarán alrededor de 17 o 20 periodistas que acuden a la convocatoria para la primera rueda de prensa del edil priìsta, Jorge Morales Barud. Una convocatoria que parece ser la hicieron con las patas, o párvulos que inician actividades en el manejo de las comunicaciones oficiales de un ayuntamiento, es decir, a través de Hotmail, el equipo de prensa del edil, ha mandado un correo 24 horas antes, donde convocan a una rueda de prensa con fecha del 30 de diciembre.
Hasta aquí, toda va bien, pero la fecha es errónea, llaman a la conferencia de prensa el día 31 de octubre y se les olvida poner la hora, minutos después es corregido el error y ahora si, es correcto el lugar; Hotel MIL 300 de la avenida San Diego, la hora; 10.00 de la mañana el día, 31 de diciembre: Los periodistas y camarógrafos así como fotógrafos, empiezan a llegar, se ve entre otros, a Miguel Ángel García “el chule”, Felipe Villafaña, Rene Vega “la rana”, Joe Espíndola, Benjamín Nava, Carlos O. Morales “chacal” para los amigos, Edgar Arrollo “el cachorro”, Israel Mariano, Guadalupe Flores, Noe Knnap Montero, uno de los mejores fotógrafos del estado, Jorge Jiménez, el mejor conductor y periodista de Televisa, y Alberto Cruz también reportero. Los abrazos y las felicitaciones son intercambiados, entre los asistentes que ya empiezan a demostrar inconformidad por el retraso y el inicio de la rueda de prensa que dará en unos minutos más, el alcalde de Cuernavaca, Jorge Morales Barud. Se llegan las diez, y la conferencia no inicia, se llega a las 10.30 y no hay nadie del equipo de prensa del edil, que baje a los jardines del hotel, para dar una explicación, el soberbio jefe de prensa, Luís Enrique Rodríguez ni se inmuta, y mucho menos baja a saludar a quienes le habrán de servir como los periodistas de la “fuente” que cubrirá las actividades de su nuevo alcalde, quizás muy en el fondo no le interese, su poder es ya intocable, su soberbia igual.
Un imbecil que no da la cara, habrá de cuestionar al que escribe a través de las redes sociales bajo el seudónimo de Corvus Ingenus, el hecho de que citó en mi texto, que los periodistas asistentes no fueron objeto de ninguna atención, ni un café, ni unas galletas, y menos una miserable botella de agua, no es el hecho de ir a “gorrear” como dice el baboso este de las redes, sino de exigirle al nuevo alcalde un trato como lo merece quien se diga y sea periodista. No hubo, en suma, una atención a periodistas de parte del equipo de prensa del nuevo gobierno que inicia actividades, la soberbia es inaudita pero inaceptable por parte del gobierno de Jorge Morales Barud, porque una cosa es que su gobierno vaya a ser una administración totalmente austera, y otra que se le califique de miserable. Visiones diferentes entre el tal Corvus y quien escribe, como total y diferente trato que exijo, de manera personal, nunca lo haré a nombre de otros, y quienes no lo manifiesten es porque quizás el posible convenio publicitario ya haya sido pactado, lo que de ninguna manera justificaría que la dignidad de la gente tenga que ser objeto de negociación. La culpa al final no es ni será de Morales Barud, sino de aquellos en los que el edil pensó que podría confiar, las dudas de ello, apenas empiezan.

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