Los Reyes Magos la leyenda y el ritual

Una leyenda de generaciones por siempre/ La magia de un acto que cautiva y subyuga/ Hombres y mujeres en su tiempo y su Fe/ La vorágine apasiona y enerva/ Los Reyes Magos de ricos y pobres/ El ritual que confirma el creer en DIOS.
(Para los buenos amigos, Paco Moreno, Graco Ramírez, Enrique Ramos y Noé Knapp) Carlos O. Morales ¿Cuándo inició el ritual mágico y ancestral de celebración del Día de Los Reyes Magos? Muchas son las versiones, la verdad nadie la conoce, desde la época del cristianismo, de las cruzadas, del nacimiento del Niño Jesús, se habla de los Tres Reyes Magos. Lo cierto es que celebrar y participar en esta mágica leyenda de Fe, de creer en DIOS, de conservar una tradición y de mantener vivos los motivos que nos llevan a convertirnos en Reyes Magos por un día, todo ello, nos une, por un lado con los hijos, los nietos, los amigos y todos aquellos que se ven envueltos en la pasional y mágica noche del cinco de enero para amanecer el seis de Enero. Esa noche previa nos atrae, nos cautiva y esclaviza, nos hace rememorar los viejos años, la infancia perdida en el tiempo pero mantenida en la memoria, en el pasado reciente que no se nos olvidará nunca, porque cumplirle a los hijos y los nietos, es el alimento y el oxigeno para el alma, para el espíritu de quienes desde siempre no queremos abandonar una leyenda mágica y ancestral.
Hay muchísima gente que niega por su pobreza, por su conflictiva etapa existencial de carencias y rompimiento del núcleo familiar, la existencia de Los Reyes Magos, y miles de infantes a sus 10 años ya sienten en sus almas el rencor y resentimiento por la verdad develada por quienes estaban obligados a darle continuidad a esta hermosa leyenda y mágico ritual. La magia, la leyenda existe pese a todo, y por ello, los milagros también. Este día, y la noche completa es de movimiento, de angustia, de pasión, alegría y felicidad, aunado al esfuerzo económico que miles nos veremos obligados a pactar con un solo fin, ser el principal protagonista de un papel que año con año debemos cumplir hasta el último día de vida. Ser un rey mago es, la pasión por hacer felices a los nuestros, a los hijos y a los nietos, a quienes confían en nosotros, pero esencialmente es no dejar de vivir el día de Reyes, ya no se puede, y en caso de hacerlo, seria de manera personal, convertirme en un viejo fracasado e inservible, y como dice un buen amigo, Sé Feliz. Y es en efecto, el ser feliz ataviado de un imaginario traje de Rey Mago, para interpretar ese papel de Rey que nos queda a la perfección durante un solo día año tras año. Yo creo en los milagros, porque es un milagro el ser feliz, cuando vemos a los nuestros la alegría reflejada en la fría mañana del seis de enero, cuando los juguetes son sacados de sus empaques, cuando mis hijos abren la pequeña caja con chocolates, la corbata, el suéter o pantalones. Es ahí donde soy feliz, cuando la magia de los Reyes Magos me cubre y arrulla, todo esto cubre el insomnio reciente, pensando cómo le haría, pues muchas puertas toqué, no duermes y solo ves el viejo reloj de la pared que insistente marca minuto a minuto el nuevo día que esta por llegar con el amanecer. Los que son padres afectos a esta leyenda y ritual habrán de entenderme, la angustia te embarga mientras ves dormir a tu mujer frente a ti con el nieto preferido entre los brazos.
Mi mente no deja de pensar, mientras con los ojos semicerrados ves esa imagen olvidada en el libro de tu vida, una pelota de hule que bota enormidades, un niño con pantalones de grandes parches en las rodillas, zapatos de piel aceitada y suela de llanta (creo que ya no los hace) el sudor recorre su frente, esta empapado y desde temprano no deja de corre en ese inmenso jardín que da justo a la pared del cementerio. La impotencia y el insomnio me tienen de la mano, no quiero verme dramático, pero hay dos cosas fundamentales, dar las gracias a los amigos que siempre me han apoyado en todo, y compartir la Fe y la creencia en DIOS, porque los milagros si existen. Por todo ello, me resisto a que la magia de Los Reyes Magos se muera, pongo un poco de alcohol en mis manos y me froto la frente, no quiero cerrar los ojos y dejar que mis hijos sientan ahora lo que yo sentí hace muchos años cuando los primeros años de su vida me habían convertido en el mejor Rey Mago.
Salgo al patio en la madrugada de este cinco de enero, fijo mi mirada en el hermoso cielo azul, donde las estrellas iluminan las bugambilias, y justo en el oriente están las tres estrellas que me hacen escuchar dentro de mí, las palabras de mi nieto Carlo apenas unos días atrás; -Esas estrellas son los tres Reyes Magos verdad abuelo?- y agrega, aunque algunos amigos mios me han dicho que no existen que son los papás. Mi respuesta fue sencilla, hijo- nunca, nunca, dejes de creer, los Reyes Magos existen y solo los que tienen Fe y creen en los milagros, los ven, esa es la magia que te acompañará hasta que llegues a tener a tus hijos, y ese será justo el momento de vivir con toda intensidad y empezar a ser feliz de verdad…porque mi querido hijo….los milagros existen…

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