La pasión por la historia de Cuernavaca



Domingo de convivencia del Grupo La Verdadera Historia de Cuernavaca/ Un interesante recorrido por el Palacio de Cortés/ Mítico inmueble con olor a historia y leyenda/ Sus solidos muros y cimientos prehispánicos cautivan a todos/ Siglos de impresionantes sucesos que marcaron el destino del pueblo tlahuica/  Segunda reunión que marca la consolidación del grupo en redes sociales y genera la amistad de hombres y mujeres que aman a Cuernavaca y Morelos.

Carlos O. Morales
 
 

Mañana templada, sin frio ni sol quemante, mañana de chicharrón y tortas, de refrescos y agua, de anécdotas y alegre charla donde José Alfredo, Lucecita, Jorge, Eder, Clau, Mike, Jazmín, Carmina, Bertita, Angy, Antonio, Rox, Frida, Lupita, Bibiana, Tayde,  Dixy, Juanita, Eloísa, María de los Ángeles,(una disculpa a quien falto mencionar) entre otros confirmaron esa amistad surgida del internet.

Un guía Mike, con documentos históricos en mano dio el comentario inicial afuera del imponente inmueble de piedra y gruesos muros con más de 500 años de edificado, y ya en el interior acabaría de explicar  los pormenores de este mítico palacio mandado a construir por el conquistador Hernán Cortés.
 
 

¿Fueron más de 20 los compañeros o menos?, eso no importó, los compañeros de una refaccionaria, mujeres hermosas, amigos de siempre, el ex diputado Antonio Aragón, buscando los murales de Diego Rivera, el ex congresista y el que escribe buscando los murales que creíamos perdidos.

Lamentable resulta que no haya un orden cronológico históricamente hablando, y por ello, se pierde el sentido de los hechos que marcaron al viejo señorío tlahuica y la presencia del conquistador que diera paso a la destrucción de nuestras pirámides al ordenar la construcción del Palacio que lleva su nombre y las iglesias de los franciscanos, agustinos y dominicos en diferentes partes del estado, incluidos Puebla, Veracruz hasta llegar a la isla de Cuba.
 
 

Desde la entrada misma del Palacio de Cortés, el entierro prehispánico, nos traslada por espacio de unas horas a un inmueble, a una construcción de la cual, se desprenden el olor a tiempo, el aroma que flota en aire  de los sucesos vividos en sus muros, en su interior.

La leyenda se revive cuando se ve las armaduras hermosas huellas de ese pasado de conquista, la maquinaria de hierro y madera, una para producir azúcar, otra los telares  para las telas de la época, mientras en otras  salas, los libros de siglos atrás, los monolitos tallados que dan cuenta de un pasado histórico y fantástico como lo fue el señorío tlahuica se sienten y trasmiten ese pasado glorioso que nos hace sentirnos orgullosos de nuestras raíces.
 
 

No son fantasmas, pero si se perciben aquellas noches que pasó el Generalísimo José María Morelos y Pavón con tan solo leer que aquí en los muros del Palacio de Cortés estuvo preso antes de enfrentar su destino de morir por alcanzar la independencia de lo que hoy llamamos México.

Satisfacción y orgullo causan los murales de Diego Rivera, su obra nos permite echar  a volar la imaginación, mientras las explicaciones por parte de Mike continúan, más allá, minutos después se puede apreciar las pinturas de algunos gobernadores como H. Preciado, Manuel Alarcón  y Carlos Pacheco entre otros.
 
 

No se puede dejar de citar las imágenes del viejo  Cuernavaca, esas antiguas graficas de diferentes épocas del Palacio de Cortés, de la llamada Casa Nueva, del Mercado Colón, de las casas con techos de teja que rodeaban el Alcázar que alguna vez fue habitado por el viejo soldado español premiado por Carlos V, y no solo fue dueño del señorío tlahuica, sino de todo el marquesado de Oaxaca.

Una vista desde la parte alta del Palacio de Cortés nos permite mirar hacia La casa Morelos, antiguamente Palacio de Gobierno, se aprecia la remozada calle de Hidalgo y la impasible estatua de Carlos Pacheco, la visita del Grupo La verdadera historia de Cuernavaca cumplió su cometido, acercarnos más entre los que lo integramos, conocernos y dialogar, convivir y compartir alimentos, platicas y algunas antiguas postales, todo con un solo objetivo aprovechar el tiempo, vivirlo, disfrutarlo y hacer nuevos amigos cada día, hasta la próxima que pudiera ser una nueva convivencia pero ahora en el Jardín Borda o bien el Parque de Chapultepec, que DIOS los llene de bendiciones.

 

 

 

 

 

 

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