¡No les voy a fallar!…

Recibo un estado saqueado y abandonado/ Regresaremos la grandeza de Morelos/ Mi compromiso es y será devolver la paz, la tranquilidad y la justicia a los morelenses: CBB/ Respaldo total a las mujeres, los jóvenes y los adultos mayores desde ahora/ Una auténtica fiesta la toma de posesión de Cuauhtémoc Blanco/ los ausentes ni se notaron… Carlos O. Morales/Sharat Sánchez/ Alejandro Medina… “El muda los tiempos y las edades; quita reyes y pone reyes; da la sabiduría a los sabios, y la ciencia a los entendidos”… (Daniel 2:21) Cuauhtémoc Blanco Bravo es desde el primero de octubre el nuevo gobernador constitucional del Estado de Morelos, atrás quedan los señalamientos en su contra, los ataques estériles incluso del mismo partido con el que fue en alianza en los comicios pasados. Los golpes bajos forman parte del juego político, así es y será siempre, lo bueno, que la gente sabe que no tienen valor moral alguno. Mientras tanto se da el desgaste de los mercenarios del poder, el pueblo salió a la calle, jubiloso, contento, la gente ha dejado atrás el miedo y la zozobra, el miedo y el temor se lo llevaron los de la administración anterior. Desde las primeras horas del primero de octubre, los invitados e integrantes de su gabinete, acudieron a la capilla de la Tercera Orden a la misa de gracias, no hubo tumultos, llegaron los indicados, ni uno más, comunicadores y camarógrafos hicieron su trabajo, todo en completo orden. Al término de los oficios religiosos, salió todo el gabinete, ahí en el patio de la iglesia se dieron los abrazos y las felicitaciones entre amigos y funcionarios, Alex Piza atento a lo que se pudiera ofrecer fuera del recinto religioso, Guillermo López Ruvalcaba de los primeros en salir, Gerardo Becerra, Luis Arturo Cornejo, El “güero” Mercado y muchos más, fueron minutos en lo que se daba inicio al recorrido de la victoria. Agrupaciones sindicales, organismos civiles, y la mayoría gente común, del pueblo, los seguidores del “cuau” como le llaman casi todos los ciudadanos, todos formarían una valla enorme en toda la calle de Hidalgo, hasta llegar al acceso a la antigua Plaza de Armas, hoy llamada Plaza o Jardín Emiliano Zapata. Los chinelos, la banda de guerra escolar, una banda de viento, y los gritos de apoyo al nuevo mandatario, toda una fiesta, que si bien no fue multitudinaria fue multicolor llena de algarabía y pasión como un festejo no por la llegada de quien ya es gobernador electo, sin por haber llegado a su fin el gobierno de la estirpe maldita. La caminata desde catedral hasta la zona habilitada como recinto legislativo fue de alegría desbordada, fue una marcha que encabezo el nuevo mandatario, un ritual político, una celebración sexenal, un festejo ciudadano donde se mezclaron todos los sectores de una sociedad lastimada y burlada que retorna a sus ritos y costumbres una vez acabado el nefasto y corrupto gobierno perredista. La imagen del mandatario estatal, tuvo muchos contrastes, desde su corbata hasta sus más leves gestos que daban pie a sus más recónditos, impenetrables, y arcanos pensamientos, ¿de alegría, felicidad o incertidumbre por enfrentar un destino que ya no podrá modificar? Cuauhtémoc Blanco, se vio feliz y tranquilo a la vez, la seguridad de su nuevo encargo no lo distrajo, aunque en momentos, buscaba quizás el rostro de la autora de sus días, o la cercanía de algún colaborador, eso era lo de menos, su reinado o mejor dicho su administración había empezado horas antes allá en el C-5, y horas después estaba ante un Congreso que apenas alcanza a vislumbrar quizás una fractura que deberá atender cuanto antes el famoso mandatario. El congresista José Casas desde su curul atento a lo que habría de suceder, por cierto, es una figura que no debe perderse de vista, su influencia en la Cámara de Diputados será definitiva, Tania Valentina bien en su papel, lo que no la logre tumbar la fortalecerá, tiene ya la experiencia necesaria y es su momento, esto por el lado de los diputados, enfrente, los nuevos funcionarios oficialmente designados Margarita González pañoleta al cuello y un clásico vestido negro, Alejandro Villarreal solemne, el “Güero” Mercado estará en lo suyo, Luis Arturo Cornejo ya integrado al equipo de Cuauhtémoc Blanco, y muchos más que estuvieron en Palacio de Gobierno. Terminado el acto protocolario reporteros y camarógrafos hicieron suyos a los nuevos responsables de dar celeridad y transparencia al cochinero que dejaron los funcionarios del gobierno graquista, uno de los más solicitados Gerardo Becerra Chávez de Ita, entre lo bueno que ha dicho fue el aclarar que contra la gente de la administración que terminó ni venganza ni revancha, solo la aplicación de la ley en su justa dimensión. Gilberto Alcalá sonriente, como siempre, contra viento y marea se ha colocado en una dependencia que sin duda tendrá una magnifica conducción, se le vio tranquilo y muy seguro, hombre de lealtades. Sobre las palabras del mandatario estatal, Cuauhtémoc Blanco las que más impacto tienen son aquellas donde está inmersa la seguridad de todos los morelenses, textual apunto; “como sociedad nunca debimos acostumbrarnos a la violencia ni a la corrupción, por eso vamos a quitarlas del camino, para avanzar, no será sencillo, pero si es necesario, les aseguro que valdrá la pena, es momento de tomar el rumbo correcto”. Cuauhtémoc Blanco habló con el alma en la mano, y así lo dejo ver al asegurar que; “en ustedes veo la fuerza y las ganas que tienen de salir adelante, pero también veo su enojo y dolor por el actuar de representantes que fallaron a sus promesas y vendieron con descaro la dignidad de todos los ciudadanos, como resultado de eso, hay familias que aún viven en las calles a un año del sismo del 19 de septiembre del 2017”. También dijo que en el sector salud no hay medicinas, no tenemos seguridad, hay personas desaparecidas, padres que perdieron a sus hijos, y mujeres que fueron cobardemente asesinadas, y todo eso va a cambiar”. Un nuevo horizonte se vislumbra para los morelenses, de eso no hay duda, pese a los inconformes de todo, a los resentidos sociales que todo ven mal y que todo critican, Morelos saldrá adelante sin ellos o con ellos, porque nos habremos de sumar la mayoría, y de los que hoy se han ido, solo cabe recordar el final de la novela de Gabriel García Márquez, “Cien años de soledad”… hasta engendrar el animal mitológico que había de poner término a la estirpe. Macondo era ya un pavoroso remolino de polvo y escombros centrifugado por la cólera del huracán bíblico, cuando Aureliano saltó once páginas para no perder el tiempo en hechos demasiado conocidos, y empezó a descifrar el instante que estaba viviendo, descifrándolo a medida que lo vivía, profetizándose a sí mismos en el acto de descifrar la última página de los pergaminos, como si estuviera viendo en un espejo hablado. Entonces dio otro salto para anticiparse a las predicciones y averiguar la fecha y las circunstancias de su muerte. Sin embargo, antes de llegar al verso final ya había comprendido que no saldría jamás de ese cuarto, pues estaba previsto que la ciudad de los espejos (o los espejismos) sería arrasada por el viento y desterrada de la memoria de los hombres en el instante en que Aureliano Babilonia acabara de descifrar los pergaminos, y que todo lo escrito en ellos era irrepetible desde siempre y para siempre porque las estirpes malditas condenadas a cien años de soledad no tenían una segunda oportunidad sobre la tierra. – CIEN AÑOS DE SOLEDAD, Gabriel García Márquez

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