…Cuernavaca ya no será la misma, hoy ha despertado

Miles y miles de personas caminaron para exigir justicia/Cuatro kilómetros de repudios y reclamos/pide Javier Sicilia convocar a los jóvenes a través de las redes sociales/ Califica al gobierno de Marco Adame como un gobierno omiso/Todos los sectores presentes en la megamarcha/Empresarios, políticos, dirigentes de partidos, artistas, artesanos, padres y madres de familia se suman a la exigencia ciudadana/Pide a Marco Adame y Felipe Calderón presentar a los asesinos de los siete jóvenes masacrados/ Dignidad, paz, justicia y Concordia…

Carlos O. Morales

 Cuernavaca despertó del letargo y el miedo, de la zozobra y el temor, del miedo y la oscuridad, hoy la ciudad despertó de la pesadilla infernal, del hostigamiento y la ola de sangre generada por fuerzas extrañas y adjudicadas a la delincuencia organizada.

Cada hecho sangriento desde hace muchos meses generaba entre la población miedo y temor, las cartulinas dejadas en cada asesinado, aseguraban que era una lucha entre carteles y no contra la ciudadanía, y así fue, porque entre ellos, hay honor, pero la muerte de siete jóvenes hace unos días, no fue una acción de la denominada delincuencia organizada, y así lo ha sostenido el procurador estatal, aun y cuando su caro este sostenido por un hilo muy delgado.

El múltiple crimen fue más allá de lo creíble, no convenció a nadie, y por el contrario, la ejecución del joven Juan Sicilia, hijo del escritor Javier Sicilia, inició el despertar y la concientización de una sociedad lastima y vejada, los crímenes colmaron la paciencia y la inconformidad de una sociedad que ya no pudo soportar la derrama de una gota más de sangre.

Este día, Cuernavaca despertó de su letargo y salió a las calles, a exigir ni un muerto más, y a esos miles de manifestantes sumados a la marcha contra la violencia, Javier Sicilia exigió, que “hay que asegurarse de que cuando a alguien se mande a chingar a su madre, hay que asegurarse de que vaya”, una y otra vez, Javier habló del plazo que se da a Calderón para que pida licencia y se separe del cargo el mandatario estatal, Marco Antonio Adame Castillo.

Eran  las 16.20 de este miércoles 6 de abril que habrá de pasar a la historia como la fecha del nacimiento de una nueva sociedad en Morelos, una sociedad más exigente, la misma que nace con un solo reclamo social como es,  que no haya más en Morelos un muerto mas, ni una gota de sangre derramada, ni un joven mas asesinado de forma alevosa e irracional.

De ahí, en la Paloma de la Paz donde confluyen las avenidas Colegio Militar y Domingo Diez, partió el contingente numeroso, con sonrisas en los labios,  pero también con un rictus de sorpresa, los primeros en llegar, de los rostros conocidos, se vio a Jorge Meade Ocaranza, Carmelo Enríquez Rosado, ambos ex diputados federales, otros ex legisladores como José Luis Correa Villanueva, Cesar Cruz Ortíz con su inseparable compañera Lili, otro más, el éxito empresario automotriz, Raúl Iragorri Montoya, impecablemente vestido arribo acompañado de su esposa, eran los primeros empresarios, pues de habrían de dar cita también, Pepe de Los Ríos, el mismo que se paró impasible, detrás de Marco Adame aquel seis de Julio del 2006, cuando se daba como ganador del proceso electoral al hoy criticado y repudiado gobernador de Morelos.

Otros empresarios que estuvieron presentes en esta histórica marcha fueron, Roberto Abe Almada, José Luis Rabadán Beltrán, Carlos Ruiz Venegas, muchos ex legisladores se sumaron a la megamarcha, Isaías Cano Morales, veía el desfile de jóvenes, hombres y mujeres, mientras que Gustavo Martínez, el jefe de prensa de Graco Ramírez repartía el poster que portarían cientos de jóvenes a lo largo de los cuatro kilómetros que duró el recorrido desde la avenida Colegio Militar hasta la plancha de la Plaza de Armas.

El reclamo generalizado fue, “!no más sangre! ¡No más sangre! Para dar paso a los gritos de ¡Fuera Adame! ¡Fuera Adame!, ¡no somos uno, no somos diez, pinche gobierno cuéntanos bien!, y es que hasta la televisora Milenio trató en vano disminuir la presencia de  los  más de 35 mil manifestantes a lo largo de los cuatro kilómetros que hubo de recorrer una sociedad cansada de tantos abusos, de tantas muertes, para esos milenarios fueron diez mil o 15 mil, cuando esta es la más grande manifestación de inconformidad social a lo largo de la historia del estado, fueron miles y miles, una caravana de manifestantes, la marcha fue un tsunami humano, que a diferencia de los que arrastran y destruyen todo a su paso, este construyó a un pueblo más humano, mas unido, despertó a una nueva ciudad, la misma que ya vio que unidos se puede cambiar a un gobierno cuando este no responde a los reclamos ciudadanos.

La marcha se caracterizó por el interés que generó en todo el mundo, en la manifestación hubo periodistas de todos los medios, de muchas partes del mundo, hasta Edward James Olmos hizo acto de presencia, saludamos a buenos amigos como Daniel Lizárraga, a quien no veíamos desde hace más de diez años, marchó también, Arturo Luna quien perdió  un hermano y una hija, todo mundo acudió, Jaime Brito de la Jornada Morelos, Nora Bucio conductora y periodista, Gina Batista, Oswald Alonso, Israel Ruiz, Pedro Tonantzin, Alfredo Salazar, Liliana Maret, Alberto Cruz, y muchos más, incluso, los enviados de inteligencia militar, del gobierno estatal, daban pormenores de cómo se daba la manifestación, eran fáciles de identificar, lentes negros, cabezas rapadas y radios en mano, nunca se ocultaron, la emoción de cubrir una manifestación histórica los hacía ponerse en evidencia.

Junto a ellos,  durante  el trayecto no dejó de sonar la caracola ni de esparcir en el ambiente su oloroso aroma la quema del copal en el incensario de barro, daban ganas de arrimarse a la señora/sacerdotisa que llevaba en la mente el ritual ancestral de esparcir el copal hacia los cuatro puntos cardinales, porque aquí en la marcha contra la violencia, se conjugaron las nuevas generaciones con los viejos morelenses   que no se olvidan de los usos y costumbres.

y para los que gustan de desvirtuar las cifras para tender cortinas de humo, esta marcha no reunió a 10 mil, ni 40 mil, la muerte del joven Sicilia logró reunir en el reclamo social, a millones de seres humanos en todo el mundo, lo mismo en Perú, que en Italia, Francia, Estados Unidos, Inglaterra, en todo el mundo la gente se unió a esta megamarcha a través de la televisión, de los diarios, de la radio, fue un fenómeno social difícil de olvidar, hoy hemos visto nacer a una nueva Cuernavaca, a una nueva sociedad, y contra esto, el gobierno estatal o federal ya nada puede hacer.